Concepto:

La serie de obras titulada “Bosque de alas y raíces” es un homenaje a la sinfonía de similitudes que se encuentra en la naturaleza. Esta serie destaca la gracia de las aves y la delicadeza de las flores, ambas compartiendo un escenario de belleza efímera. Sin embargo, aunque efímera, su impacto visual perdura en la memoria, resonando como un eco de color y vida.

Esta primera obra inicia por el colibrí Coqueta Adornada. Esta pequeña y ágil ave que simboliza el movimiento y la vitalidad. Sus alas, que baten a una velocidad casi invisible para el ojo humano, son como destellos de luz que cortan el aire. En contraste, la Azucena representa la quietud. Anclada a la tierra, despliega sus pétalos como llamas de fuego que iluminan sin llegar a quemar.

Esta serie de obras no solo captura la apariencia física de estos seres, sino también su esencia más profunda. La interacción entre el colibrí y la flor es una cuestión tanto de supervivencia como de estética. La forma en que la luz se refracta en las plumas del ave, la manera en que el viento juega con los pétalos de la flor, todo contribuye a un diseño mayor, una obra de arte viviente que desafía nuestra percepción de la belleza.

Por lo tanto, “Bosque de alas y raíces” no es solo una representación visual, sino una reflexión sobre la interconexión de todas las cosas. Nos invita a mirar más allá de lo superficial, a apreciar las sutilezas que definen la unicidad de cada especie y a observar cómo estos detalles sutiles parecen replicarse en la diversidad de la naturaleza.