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Artista, muralista e ilustrador.
Su obra explora la identidad, la memoria
y la naturaleza a través de una visión
arraigada en la tradición de los territorios
Inspiración y objetivos
ORÍGENES
Nacido en Sogamoso (Boyacá), ciudad conocida en lengua ancestral muisca como Suamox, que significa “Morada del Sol”, Juan Barón es un artista de formación empírica. Con más de siete años de experiencia en muralismo, ilustración y diseño gráfico, su trabajo se nutre de las tradiciones campesinas y ancestrales del Altiplano Cundiboyacense.
La cosmovisión ancestral y la herencia cultural de los territorios son el eje conceptual de sus obras. Barón se sirve de métodos de investigación histórica y antropológica para integrar en sus composiciones la flora, la fauna y los símbolos identitarios de cada comunidad. Esta metodología le permite crear murales de alto valor estético y educativo, donde conviven narrativas ambientales, históricas y fantásticas.
Su trayectoria se nutre de la participación en festivales y encuentros de muralismo en siete departamentos de Colombia y en países como México, Honduras y Venezuela; destacan las intervenciones colectivas en Olinalá (México) que suman más de 600 m² y murales de mega formatos (más de 100m2) en Cúcuta y Bogotá. En 2024 asumió la dirección artística del Festival Internacional del Sol y del Acero de Sogamoso.
El objetivo de Barón es resignificar los territorios a través de un arte público contemporáneo que visibilice la memoria, la naturaleza y la diversidad cultural de las comunidades. Con sus murales busca establecer un diálogo crítico y poético entre historia, naturaleza y sociedad, y contribuir así a la revitalización de la memoria colectiva.
El arte es un proceso alquímico
en el que materias burdas son transmutadas
en emociones, visiones y recuerdos.
GALERÍA
El arte es clave para preservar y fortalecer la identidad de los territorios; al integrar la memoria, la naturaleza y los símbolos de las comunidades, se convierte en un espejo de su historia y cosmovisión. Siendo así el muralismo un medio de resignificación de los espacios públicos y de revitalización de la memoria colectiva, estableciendo un diálogo entre historia, naturaleza y sociedad. Así, el arte público contemporáneo demuestra que reivindicar las raíces locales puede promover una identidad viva y crítica, visibilizar la diversidad cultural y contribuir a la cohesión social.
